La defensa pide la absolucion del Doctor Clementi, por tratarse de practicas medicas

A la espera del veredicto final, la defensa pide la absolución por tratarse de prácticas medicas

A horas de conocerse el veredicto, el juicio contra el médico ginecólogo Diego Clementi atraviesa su tramo final en medio de una fuerte expectativa y con una defensa que sostiene, con firmeza, que el proceso quedó desvirtuado desde su origen. Este lunes 15, el propio profesional hizo uso de su derecho a las últimas palabras ante el tribunal y volvió a reafirmar su inocencia, dejando al descubierto el profundo daño personal, familiar y profesional que, asegura, le provocaron las denuncias y los escraches impulsados por sectores radicalizados.

Durante su exposición final, Clementi fue contundente al describir el impacto que tuvo el inicio del caso en su vida. Según expresó, desde el primero de mayo de 2023, fecha en la que una publicación periodística hizo pública la acusación, su cotidianeidad cambió de manera irreversible. “Hemos dejado de vivir”, sostuvo, al referirse no solo al peso emocional del proceso judicial, sino también a la estigmatización social y al señalamiento público que sufrió antes de que existiera una sentencia.

Desde la defensa remarcan que a lo largo del debate oral todas las pruebas producidas resultaron favorables al médico. En ese sentido, cuestionan con dureza el dictamen de la fiscal, al que califican como fragmentado y sostenido casi exclusivamente en la aplicación de normativas de género como por ejemplo el protocolo de Belén Do, la ley 26485 de violencia contra la mujer, para intentar demostrar que existió abuso y encuadrarlo en un delito, pero quedo demostrado que fue práctica médica, hay tres peritajes médicos, que convalidan la actuación del Doctor Clementi.

Para la defensa, quedó claramente demostrado que las prácticas cuestionadas correspondieron a actos médicos legítimos y necesarios. En particular, subrayan que Diego Clementi es ginecólogo oncólogo, especialista en la detección temprana y prevención del cáncer, una disciplina que exige evaluaciones clínicas exhaustivas. Explican que, en este campo, los estudios complementarios no siempre resultan suficientes y que el examen clínico directo es una herramienta indispensable para arribar a un diagnóstico certero y oportuno.

En ese marco, destacan la importancia de los peritajes médicos incorporados al expediente, los cuales, según sostienen, avalaron de manera contundente la actuación profesional de Clementi. Esas evaluaciones técnicas, realizadas por especialistas, concluyeron que los procedimientos realizados se ajustaron a la buena praxis y a los protocolos médicos vigentes, descartando cualquier conducta impropia o ajena al ejercicio de la medicina.

El caso, además, reavivó un debate profundo dentro del ámbito de la salud. Desde distintos sectores advierten que este tipo de procesos judiciales, cuando no se distingue con claridad entre una práctica médica y un delito, generan un clima de temor que puede afectar seriamente el ejercicio profesional, en especial en especialidades sensibles como la ginecología oncologica. La defensa del médico sostuvo que no se puede criminalizar el acto clínico ni someterlo a interpretaciones ajenas al conocimiento científico.

Mientras el tribunal se prepara para dar a conocer su decisión, desde el entorno de Clementi insisten en que el juicio se fue alejando del análisis técnico para quedar atrapado en una mirada sesgada, atravesada por prejuicios y presiones externas. Aseguran que la causa no logró probar lo que se intentó instalar públicamente y que, por el contrario, dejó en evidencia el uso indebido de herramientas legales pensadas para otros contextos.

En sus palabras finales, el médico volvió a reivindicar su trayectoria, su formación y su compromiso con la salud de sus pacientes. También expresó su dolor por el daño irreparable que, asegura, provocaron las acusaciones infundadas y los escraches, y manifestó su esperanza de que el fallo judicial restituya no solo su tranquilidad, sino también su honor y su nombre.

Ahora, todas las miradas están puestas en el veredicto. Para la defensa y para quienes acompañan al profesional, el juicio ya dejó una conclusión clara: no hubo abuso, hubo práctica médica. Y sostienen que así deberá reconocerlo la Justicia.